Princeton University, McCosh 50

La Universidad de Princeton, situada en el estado de Nueva Jersey, es una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos y ha sido considerada en repetidas ocasiones una de las diez mejores instituciones educativas del mundo. Esta universidad, fundada en el año 1746 y miembro de la famosa Ivy League, es la cuarta más antigua de todo el país.

Uno de los espacios más amplios que encontramos dentro del campus de la Universidad de Princeton es el McCosh Hall, un edificio que cuenta con dos de las aulas con mayor capacidad de la universidad. Una de estas aulas es la McCosh 50, donde no solo se desarrollan actividades académicas para el alumnado sino también conferencias de ponentes invitados reconocidos mundialmente. Este emblemático auditorio, con capacidad para 445 asistentes, conserva gran parte de la arquitectura del edificio original, construido en 1907, incluyendo los acabados en piedra, madera y las butacas originales.

Debido a la antigüedad del edificio y a su uso constante, el auditorio McCosh 50 necesitaba una renovación con la que implementar mejoras acústicas, visuales y del propio espacio, consiguiendo así una experiencia óptima de los asistentes, totalmente a la altura de la reconocida institución. El proyecto de renovación del auditorio incluía la retirada de las antiguas butacas y la instalación de unas nuevas que conservaran el estilo de las originales pero que incluyesen ciertas mejoras para garantizar el máximo confort del ocupante. El estudio de arquitectura 1100 Architects confió en Figueras para llevar a cabo el rediseño de estas características butacas.

La renovación del auditorio McCosh estaba planteada para desarrollarse en dos fases que abarcaban un período de dos años naturales, ambas fases estaban previstas para ser desarrolladas durante los meses de verano, coincidiendo con el cese de la actividad lectiva. La primera fase, focalizada en la implementación de mejoras en la acústica del espacio, se desarrolló durante el verano de 2019. La segunda fase, prevista para el verano de 2020, se inició en mayo de 2020 aprovechando que la actividad académica presencial había sido suspendida debido a la pandemia mundial del coronavirus. En esta segunda fase las mejoras consistieron en la renovación del suelo del auditorio, la implementación de un sistema audiovisual más actual y en la instalación de las nuevas butacas de Figueras.

Reto del proyecto

El principal reto del proyecto consistía en diseñar una butaca que preservase la esencia de la butaca original pero adaptándola a las necesidades actuales e incrementando su comodidad. Para nuestro cliente era primordial la creación de una réplica muy similar al modelo original para que esta no desentonase con el auditorio, característico por su impecable conservación de elementos originarios del edificio.

Para conseguir una butaca que se asemejase a la butaca original se trabajó con artesanos profesionales especializados en cada uno de los materiales utilizados para la elaboración del producto final. La madera elegida para fabricar las butacas, originaria de robles franceses de Borgoña, fue seleccionada por nuestro carpintero desplazándose hasta la ubicación para poder realizar personalmente la elección de los árboles que mejor se ajustaban a los requisitos de calidad exigidos. 

Para ello se realizaron pequeñas modificaciones en la butaca, incluyendo un aumento del tamaño de ésta, acorde a los cambios físicos que ha experimentado el cuerpo humano en los últimos años. También las mesas auxiliares de escritura han visto modificado su tamaño, para permitir el uso de ordenadores portátiles y tablets de forma cómoda.

Otro de los retos del proyecto era el de mantener el aforo original del auditorio, el hecho de tener unas butacas más amplias complicaba el conseguir este objetivo, para conseguirlo se tuvo que jugar con la disposición de las butacas. Se realizó una distribución única donde cada butaca tenía un lugar exacto en el que ser colocada, esto le añadía un plus de dificultada al proceso de instalación.

El suelo del auditorio McCosh está en pendiente tanto vertical como horizontal, por este motivo se tuvo que jugar con la inclinación de las butacas mediante le pie de estas. Para ello se realizaron distintos moldes para realizar pies que se pudieran adaptar a la inclinación del suelo, además, se les añadió una junta tórica de goma.

Por otro lado, también era importante adaptar el espacio a las nuevas normativas de accesibilidad, reservando espacios en primera fila para personas con movilidad reducida y facilitando su acceso a través de amplios pasillos que cumplan con la normativa vigente. También se realizaron ajustes en la disposición del resto de butacas para asegurar el paso de usuarios entre filas de forma cómoda y garantizando la seguridad de los asistentes en caso de evacuación.